Sé que es una putada revelar la incógnita de lo que aconteció en mi cada vez menos dulce hogar así como quién no quiere la cosa ya en el título del post, pero es el mejor resumen del breve, brevísimo (casi tanto como lo que me duró la esperada lucidez) desencuentro con mis ex (como los donuts yo las gano de dos en dos, exnovia, examiga).
Presintiendo que lo que tuve con mi frase estelar de los sapos fue sólo un amago de lucidez y que no había demasiadas posibilidades de que ésta se instalara definitivamente en mi ser, decidí optar por el plan dos ante la llegada inminente de Marta.
El plan dos (también conocido como plan recurso) no sólo nunca falla sino que además crea un efecto en tu adversario fulminante (los efectos secundarios para quién lo practica son considerables, pero no es éste el tema que nos ocupa). El plan recurso tiene un nombre: Indiferencia Total, y cómo su propio nombre indica consiste en hacer ver que absolutamente todo lo que está aconteciendo a tu alrededor no te afecta lo más mínimo. El efecto rebote es rápido y matador para el contrincante que siente en sus propias carnes como algo que debería destrozarte te importa menos que un concierto del Fary por lo que (por una extraña regla de tres) quien acaba destrozada es ella ante tu pasividad (esto es una Masterclass por la que debería cobraros). Hay dos reglas básicas para que Indiferencia Total funcione:
I) Utilizar sólo monosílabos o en su defecto frases muy cortas (si hablas la acabas cagando)
II) Mirar al contrincante lo mínimo posible (si la miras, te enciendes y la acabas cagando)
Así que me espatarré en nuestro, perdón MI maravilloso sofá y encendí la tele para ver con un interés descomunal (es importante que parezca que así es).... Dolce Vita (que queréis es lo que daban a ese día y esa hora). Mi queridísima ex intentaba llamar mi atención de cualquier manera posible (a saber una tos más fingida que sus orgasmos conmigo, un ruido forzado, etc) pero yo no apartaba la vista de Belén Esteban y el apasionante repaso de su vida y obra (esa chica se mete algo no?porque muy normal no es). Ahí estaba yo esnsimismada con la Esteban cuando una llamada perdida al móvil de mi ex anunció el momento esperado. Todo estaba listo para el final oficial de nuestra relación. Ella intentó un acercamiento verbal (que consistió en un conciso: Bueno, pues ya está... me voy) y yo lanzé un: ahá, que vaya bien inaudible por el altísimo volumen de la tele en combinación con la ordinariez de la Esteban.
Fustrada (prueba irrefutable de que mi plan funcionaba) recorrió el camino que separa el comedor de la puerta de entrada y... se fue, así sin aspavientos.
No sé si os estaís dando cuenta de la importancia del momento pero estaba disfrutando de mis primeros segundos de soltería, me levanté y al grito de "Arriiiiba la Mamen" empecé a limpiar el piso (no sé porque extraña razón necesitaba limpiar). La escena era de lo más deprimente: Belen Esteban de fondo y yo con el mocho limpiando. Pero que coño, era sábado noche y la era Mamen no había hecho más que empezar, sólo tenía que hacer un par de llamadas y la fiesta estaba garantizada.